Érase una vez una hija muy buena. La más buena de todas las hijas. Obedecía a sus padres en todo sobre todo a su Mamá quien clamaba saber lo que a la hija convenía más; sobre todo por que su experiencia en la vida la hacía tener una mejor comprensión de lo que era bueno y lo que era malo.
La hija amaba a su madre tanto que no se atrevía a cuestionar su autoridad ni sus consejos. Procuraba hacer las cosas bien para ser la mejor de las hijas, cosa que como veremos más adelante conseguía a medias pues a las mamás no se les puede tener 100 por ciento contentas.
Esta mamá también, cuando era muy joven, había sido una buena hija o al menos en eso se había empeñado en la medida de lo posible. Sin embargo, lo que no sabía es que había sido precisamente ese estado de ser buena hija el que la había distanciado de su madre a tal grado de llevar rencor hacia ella secretamente en el corazón.
Cuando ésta tuvo a su propia hija volcó su amor hacia ella pero también sus carencias afectivas relacionadas a su propia Mamá pues cuando una madre no recibió amor sano por parte de su propia mamá suele reclamarlo de sus hijos. No solamente eso sino también atenciones, tiempo y cuidados.
Los hijos por amor son capaces de hacer cualquier cosa; incluso jugar el rol peligroso de ser padres de sus padres o al menos el tratar de cubrir las necesidades afectivas de éstos aún a costa de su propia felicidad y realización personal. Todo por amor; torcido y malsano pero al fin y al cabo amor.
Y entonces la buena hija, nuestro personaje principal, era efectivamente una buena hija.Incluso al pasar el tiempo y llegar a esa edad en la que los hijos necesitan de mayor independencia, libertad y el poder de tomar sus propias decisiones y de cometer sus propios errores esta hija seguía siendo una buena hija y cuando quería hacer algo por ser independiente y más "individuo" sus intenciones eran reprimidas y sofocadas por parte de su madre. Primero mediante regaños e insultos y, si estos no fuencionaban, mediante chantajes sentimentales tales como: ¡Te he fallado como madre, soy la peor madre del mundo, solo te hago infeliz!
La buena hija entonces se sentía mala hija pues sobre todo amaba a su madre y no le gustaba verla sufrir. Entonces se recriminaba a si misma duramente y a la vez se frustraba, se confundía y terminaba cediendo y prometía seguir siendo buena hija y no herir ni fallarle a su madre quien se complacía mucho con esto y la llenaba de besos y mimos.
¡Ah, cómo disfrutaba de ésto la buena hija! Qué lindo era recibir los mimos y cariñoa de su mamá, justo como cuando era niña y tras haber sido reprendida por algo que había hecho mal su mamá la consolaba y la mimaba. Si. Era el mismo sentimiento pero ahora ya era adulta.
Y es que la mamá suele producir en los hijos una gran felicidad y si los hijos son dichosos en su relación con Mamá pueden extender esa felicidad a su relación de pareja y hacia la vida misma en los múltiples aspectos. Cuando una persona clama no ser feliz es casi seguro que no fué feliz primeramente con su madre.
Sin embargo, existen 2 tipos de felicidad con Mamá. La primera es la del buen hijo que se limita a si mismo y no crece ni madura en pro de estar felíz con mamá. Tal felicidad es falsa pues el hijo no se realiza ni es totalmente un individuo. No es él ni ella misma sino lo que la mamá quiere que el sea.
Y la segunda felicidad es aquella en la cual el hijo a pesar de todos los reclamos de mamá y de sus cuidados, mimos y ganas de vivir la vida del hijo o la hija, éste o ésta terminan realizándose a si mismos y viven su vida.
Pero ésta felicidad también es falsa sino se acepta a mamá tal y como ella es. Es decir; los hijos ven a los padres como dioses o ángeles que están para cumplir sus deseos, darles mucho amor y ser infalibles así como que nunca deberán ser heridos por éstos. El verlos humanos y llenos de errores (propio de cualquier ser humano) es causa de decepción pues esa imagen imperfecta está en conflicto con la fantasía que ellos se construyeron de sus progenitores.
Y para que ésta felicidad sea verdadera los hijos deben descubrir que en realidad no hay nada que perdonar; que la mamá fue como fue debido a su propia experiencia de vida y que por el solo hecho de haberlos traído al mundo ya la hace grande verdaderamente y no como esa imagen exagerada e infalible que ellos se fabricaron.
Entonces esta buena hija debe ser una "mala hija" si quiere realizarse a si misma. Debe traicionar a su madre y pagar el precio del remordimiento y, paradójicamente, debe aceptar a su madre tal y como ésta es y amarla sin reclamos ni llevar rencor en su corazón. Pues la formula dice: entre más reclamos tengamos hacia nuestra mamá mas infelices nos sentiremos en nuestra vida.
Hay que ver a la mamá claramente y sentirse contentos de haber recibido la vida de esa ser tan maravilloso que de alguna forma debe haber hecho las cosas bien puesto que estamos en este momento de nuestras vidas aquí y ahora siendo quienes somos y leyendo este artículo. Las cosas en algún momento pudieron haber salido mal y podríamos haber muerto o cualquier otra cosa pero no fue así y aquí estamos gracias a sus cuidados y amor.
De cierta forma la mala hija debe hacer saber a su madre cuanto la ama, entiende y aprecia todo lo que ésta ha hecho por ella y, a su vez, debe decir que hará las cosas a su modo y en honor de esta vida que le ha sido regalada.
Debe dejar de jugar el rol de ser mamá de su mamá y de tratar de cubrir las carencias afectivas de ésta.
La madre poco a poco entenderá o quizás se irá resignando. Quizás siga protestando y luchará por que todo vuelva a ser como antes era, cuando su hija era una chiquilla obediente.
Es un hecho indudable que la mayor parte de las mamás desean lo mejor para los hijos, tanto que aveces quisieran vivir las cosas por ellos y que no tuvieran que sufrir las situaciones que ellas mismas han vivido.
Sus valores y miedos son entonces heredados a sus hijos. Así, los fantasmas que atormentan a una mamá son los mismos que atormentan a un hijo o hija.
El mundo no es de ninguna manera como nosotros lo vemos. Se trata de una serie de ideas y conceptos que hemos heredado de nuestros ancestros a los que damos una valides incuestionable.
¿Cómo entonces saber lo que es bueno o no para los hijos?
Además está el hecho de que los hijos son los pequeños. Sin importar la edad siempre lo serán y que a los padres les toca dar amor, afecto, cuidados y atenciones así como ellos lo recibieron de sus propios padres independientemente de si fue satisfactoriamente o no.
Es por lo tanto antinatural exigir ese amor y atenciones de los hijos. Ellos de por si ya aman a sus padres tanto que podrían sacrificarse por ellos. Sin embargo el precio será el de llevar un gran rencor hacia estos.
Una mamá debe tener este amor y atenciones de su pareja o en todo caso de sus propios padres. Para una hija es un peso enorme el cargar con algo que no le corresponde llevar consigo misma.
Una hija debe crecer y experimentar por si misma. Tiene que equivocarse y aprender de sus propios errores. A muchas mamás les gustaría que sus hijos fueran niños eternamente. Esto es algo muy injusto pues cuando los padres mueran estos hijos se encontrarán desvalidos en el mundo y sin la fuerza que solamente las experiencias de la vida nos otorgan para luchar por lo que queremos y cumplir nuestros objetivos.
Arturo Sánchez Luna
centrosistemico@hotmail. com
Puebla, México.
Cel y whatsapp: 2224 69 28 99
Constelaciones familiares en Puebla
viernes, 6 de marzo de 2015
martes, 2 de diciembre de 2014
Un buen lugar para mi Ex
Como seres humanos tenemos una gran capacidad y derecho de amar que ejerceremos satisfactoriamente según estemos listos y maduros en nuestros corazones. Es así que nos enrolamos en relaciones, algunas duraderas y otras más bien efímeras y dignas del olvido.
El hecho es que al enamorarnos y compartir nuestras vidas con alguien por el lapso de tiempo que sea le estamos abriendo nuestro corazón y ese ser amado tendrá un lugar en el mismo que será solamente suyo.
Esto último no suele ser bien comprendido pues a veces tratamos de hacer como si no hubieran existido e incluso chuscamente los llamamos "El o la innombrable" según haya sido nuestra vivencia con ellos.
Es verdad que a veces las cosas no salen como uno las planea. También es cierto que a veces fuimos lastimados y que sufrimos mucho. Sin embargo no todo pudo haber sido tan malo puesto que por algo estabas con esa persona y algo bonito debió haber existido de lo contrario no hubieras estado tan enamorado/a.
Es, pues, una exageración el decir o pensar que esas personas fueron tan malas tanto como lo es también el creerte victima de ellas. Y es que resulta que debes tomar tu propia responsabilidad en el destino de aquella relación y tener en cuenta que tú también participaste e hiciste cosas buenas y malas en la misma y que así como tal vez te lastimaron tu también pudiste haber lastimado.
Cuando no das el lugar en tu corazón a tu ex, cuando lo o la llamas innombrable, cuando no le bendices y deseas todo lo mejor en su camino entonces no estas cerrando el circulo y, por lo tanto, le estas dejando ejercer poder sobre tu vida y tus relaciones presentes o futuras.
Podría ser que también hayas resultado herido/a física y emocionalmente y que en verdad sientas rencor en tu corazón. En tal caso debes tener en cuenta que detrás de un gran rencor existe una gran tristeza y que a veces el odio es una forma de seguir vinculado a esa persona. Es como si algo dentro de ti dijera: -ah, no te tengo por las buenas, entonces te tengo por las malas.
¿Y entonces vale la pena liberar a esas personas? Claro, la respuesta ya la sabes porque puedes enamorarte de una forma incluso más intensa y más madura y comenzar una nueva relación libre de vínculos emocionales que te aten a tu ex y que nublen tus nuevas relaciones.
Ahora bien. Supongamos que te has enamorado nuevamente y que tu pareja tiene un/a ex de la que con sólo escuchar su nombre ya te empiezas a sentir mal. Debes aceptar que esa persona ha formado parte de la vida de tu pareja y que en un momento fue muy importante para él o ella. Debes saber que esa persona siempre tendrá un buen lugar en el corazón de tu compañero/a y a su vez tú debes honrar que se haya echo a un lado para que esta persona llegara a ti. ¿No acaso eso ya es un gran regalo y motivo suficiente para agradecerle?
Arturo Sánchez Luna
cel y whatsapp 22 24 69 28 99
centrosistemico@hotmail.com
Puebla, México.
martes, 24 de septiembre de 2013
Formas de realizar el árbol genealógico
Formas de elaborar nuestro árbol genealógico
El pasado jueves 19 de septiembre de 2013 Gaby Valdes y yo,
Arturo Sánchez Luna, dimos una videoconferencia relacionada a nuestros árboles
genealógicos. En dicha conferencia nos comprometimos a compartir algunas formas
de elaborar nuestros familiogramas y,
como lo prometido es deuda, he aquí algunas ideas que espero les sean útiles.
Antes de empezar es importante mencionar algunos puntos
importantísimos a considerar:
1.
A los muertos les podemos poner una cruz a un
lado para distinguirlos de los vivos.
2.
Incluye incluso a quienes avergüenzan a la
familia y que no se les menciona.
3.
Los medios hermanos son en realidad hermanos.
4.
Ex esposos o ex esposas tienen que entrar en el
sistema.
5.
Amores fuertes, aunque no hayan llegado al
matrimonio, podrían ser tomados en cuenta.
6.
Hijos no natos también deben ser incluidos
haciendo la distinción entre abortos y pérdidas. Los primeros son inducidos y
los segundos circunstanciales.
7.
Si alguien de tu familia fue asesinado aunque
sea accidentalmente debes incluir al asesino.
8.
Si alguien de tu familia asesinó aunque sea
accidentalmente a alguien debes incluir a esa victima en tu sistema.
Puntos que necesitan especial atención:
a Confía en la información de tu inconsciente en
aquellos casos en los que no se sepa casi nada acerca de una persona. A veces,
si no sabes si alguien fue hombre o mujer, puedes preguntar a tu interior.
b Puedes incluir información acerca de alguien
debajo de donde lo representaste.
c Nivel de consciencia de cada uno en relación a
su sentirse hacia la vida.
d ¿Quién fue tratado injustamente?
e ¿Quién fue excluido y cuál fue la causa?
f)
Profesiones y nombres repetidos.
g ¿Quiénes no se casaron por quedarse a cuidar a
los padres?
h ¿Cuáles han sido las enfermedades más comunes?
i)
¿Qué adicciones han prevalecido en la familia?
Sustancias, alcohol, tabaco e incluso juego.
j)
Patrones repetidos generacionalmente: divorcios,
don Juanismo, internamiento en cárcel o institución mental, etc.
Forma 1. La más tradicional.
En una hoja de papel grande o cartulina elabora tu árbol
comenzando por ti y tus hermanos hacia atrás. Entre más lejos llegues mejor.
Simbología a utilizar:
Forma 2. Famosos e históricos.
Esta forma de árbol genealógico es muy bonita y
significativa. En ella puedes hacer un familiograma muy parecido al anterior
pero incluir solo a las 10 personas más importantes de tu familia y, aquí lo
interesante, en lugar de escribir su nombre le pondrás el nombre de algún
personaje famoso, histórico o de alguna película o cuento.
En este tipo de árbol dejas que tu imaginación e
inconsciente interactúen y te den datos de quienes fueron y cual fue su función
en la familia. ¡Imagina, por ejemplo, a un abuelo Hitler! ¡O a un tío Darth
Vader! ¡A una hermana Cenicienta! ¡o a un hermano Bart Simpson!
Realmente te sugiero hacer este pequeño árbol como
experimento adicional al otro que hagas con mayor información. ¡Te resultará
muy interesante!
Forma 3. El cuerpo humano.
Ya que un sistema familiar es como un cuerpo humano en el
que cada miembro tiene una función específica ¿por qué no tomar a cada miembro
de la familia y verlo como si fuera un órgano vital?
La cabeza seguramente sería Papá o Mamá, según tengan
importancia en el sistema. Luego el corazón podría ser el miembro mas
sentimental. El hígado, relacionado al enojo y podría ser alguien que esté
enojado en la familia. El riñón sería alguien que tome las cosas de tal forma
que purifique los líquidos y elimine lo negativo, y así, según las funciones
del cuerpo humano.
Conclusión.
Puedes hacer tu árbol
de la forma en la que más a gusto te sientas. La cuestión es trabajar con uno
mismo, aprender de nuestras familias, hacernos más conscientes del lugar al que
pertenecemos y así poder decidir sobre nuestras vidas de forma tal que
escribamos nuestro propio capítulo en el libro de la historia familiar de forma
más consciente.
¡Buena suerte y feliz viaje en la historia de tu familia!
miércoles, 4 de septiembre de 2013
¡Ay Papá, ay Mamá!
Lamentablemente solemos acordarnos de las cosas malas y hacemos como que las cosas buenas no
existieron o no fueron suficientes. Así sucede con distintas personas que
cruzan nuestras vidas y sobre todo con nuestros propios padres.
Tendemos a exagerar las cosas malas vividas y esto nubla
nuestra visión y nuestra memoria todavía más. Para un hijo o hija al parecer no
es suficiente. Crecemos con una parte en nuestro corazón insatisfecha con lo
mucho o lo poco que hicieron nuestros padres.
Como adultos llegan a terapia y es muy lindo el ver como su
rostro se transforma al hacérseles recordar cosas bonitas que hayan vivido con
sus progenitores: juegos, Reyes magos o Santa Claus, cuidados y mimos,
preocupación ante una enfermedad, cumpleaños felices, consuelo ante una caída,
etc.
He recibido a personas que dicen no tener ni un solo
recuerdo bonito con sus padres. Por lo regular suele ser una exageración y solo
denota un fuerte bloqueo en el flujo de amor en sus corazones. Hay, sin
embargo, casos reales en los que los padres cometieron fechorías (abuso,
violencia física o verbal, etc) o les dieron poco y casi nula atención. Sin
embargo no todo pudo haber sido tan terrible puesto que las personas están
viviendo un aquí y ahora y tienen la oportunidad de escribir su propio capítulo
en el libro de su historia familiar.
La cuestión es que uno decide si quiere escribir un capítulo
lleno de rencor, tristeza y, por ende, estancamiento y pocas posibilidades de
florecer o bien un capítulo feliz, de buenaventura, de superación y de sentirse
plenos en la vida.
Es verdad que hay personas que vivieron una infancia
tremendamente difícil. Hay quienes dirán
que nunca conocieron a su padre o madre pero esa no es razón para dejar de construir
un presente dichoso. Mucho menos es una justificación para vivir una vida
amargados. Y tal vez me pregunten ¿cómo podría alguien que no tuvo contacto con
alguno de sus progenitores tomarlos y llevarlos en el corazón?
La respuesta es simple pero requiere de mucha humildad de tu
parte y de madurez. Recordemos que somos victimas de victimas y que ellos no
fueron como fueron con nosotros nada más porque así se les ocurrió. Si averiguamos
acerca de su infancia veremos que ellos tampoco tuvieron una niñez fácil. Si
sigues mirándolos con ojos de niño o niña de tu parte seguirás aferrado a vivir
lamentándote y dañando tu vida y a los que te rodean. Sin embargo, si lo vez
con madurez, lo comprendes y aceptas tal cual fue entonces podrás dar el
siguiente paso que es el de agradecer la vida… ¡ni más ni menos! ¿Qué mayor regalo podría
alguien darte? ¡En verdad! ¡Piénsalo! ¡Ni siquiera una casa, ni coches ni
millones de dólares!
Ese es el gran regalo que nos fue dado por alguna u otra razón.
Estamos aquí y ahora y tenemos la maravillosa oportunidad de vivir y hacer de
nuestras vidas lo que queramos y además, mejor aún, pasarla a otros. Es un paso
gigante y vale la pena darlo.
Y para las personas que afortunadamente jamás sufrieron
ninguna clase de vejaciones dense cuenta de lo afortunadas que fueron y que el
empezar a hacer contacto con el amor de sus padres es lo mejor que pueden hacer
en lugar de solamente acordarse de las cosas malas y que por ende exageramos.
El caso es que es destino de los padres herir a los hijos por cualquier razón
válida o no. Y eso solamente lo entenderás cuando tengas hijos y si ya los
tienes ¿que puedo yo decirte que no sepas ya?
Si logras esa reconexión con el flujo de amor que de ellos viene a ti podrás prosperar en los demás aspectos de tu vida. ¿No es esa una razón suficientemente fuerte?
Arturo Sánchez Luna
Puebla, México
tel 2 21 08 08
22 24 69 28 99
centrosistemico@hotmail.com
sábado, 31 de agosto de 2013
Videoconferencias
Mitos y realidades de las Constelaciones Familiares
Sanando duelos y separaciones a través de las Constelaciones Familiares parte 1
Sanando duelos y separaciones a través de las Constelaciones Familiares parte 1
Sanando Duelos y separaciones parte 2
miércoles, 28 de agosto de 2013
El gran regalo de la vejez
En esta sociedad tendemos a mirar a la vejez como una especie de castigo. Miramos a los ancianos como seres desvalidos, quejumbrosos, tercos, repetitivos y tendemos a desvalorarlos. Nos asusta el vernos reflejados en ellos. Sobre todo cuando algún viejecito nos sentencia: "como te ves me ví. como me ves te verás."
Sentimos conmiseración y miedo ante ellos. Muchas personas me han dicho que prefieren morir jóvenes a llegar a estar en un estado tan "deplorable".
Y que triste que pensemos así. Para empezar, sin ese viejecito frente a nosotros no hubiéramos nacido ni tendríamos la oportunidad de vivir nuestras vidas y tal vez transmitirla a nuevas generaciones. No nos damos cuenta del ser humano antes de la etiqueta de anciano. Este último término tiende a objetivizarlos, es decir; a volverlos un objeto.
Alejandro jodorowsky plantea un lindo ejercicio en el que los miremos, no como abuelos, sino como los seres humanos que realmente son. Es decir: imaginarlos de unos 40 años y pensar en como eran, que estaban viviendo y que aportaban a los demás. Me parece un ejercicio muy bueno pues veríamos que esa persona ha vivido muchas experiencias que hacen de él o de ella una persona con más sabiduría y cosas que aportar a nuestras vidas.
Y tal vez se pregunten que sucede con aquellos viejecitos que no están en pleno uso de sus facultades mentales. Y es sencillo. Tal vez ya no podamos escuchar consejos sabios de ellos pero llega un momento en el que debemos darles de nosotros mismos tal y como nosotros recibimos de ellos ni más ni menos que la vida misma y eso es lo más grande que alguien puede hacer por nosotros. ¡Qué gran regalo!
Así que si tienes la fortuna de contar con tu abuelo o abuela míralos y agradéceles porque hayan sido como hayan sido tuvieron éxito en la vida por el mero hecho de haberte pasado la vida. No los juzgues ni los critiques. Dales amor aunque ellos sean rígidos. Escuchalos aunque te cuenten la misma historia una y otra vez y es que, quien sabe, tal vez algún día llegues a esa edad y amarás que los demás te pongan atención, consideren tu opinión y te vean como un ser humano con más experiencia y sabiduría.
La vejez no es la antesala de la muerte. Es un lindo periodo en el que podemos dar de nosotros mismos, podemos ver a nuestros nietos con orgullo y deci: ¡vaya, después de todo tuve éxito en la vida! He pasado la vida a todas estas personas tal y como mis abuelos hicieron lo mismo conmigo. Hubo momentos en los que mi vida estuvo en riesgo y todo se pudo haber interrumpido y estas personitas jamás habrían nacido. Pero no fue así y aquí estamos todos. ¡Que gran regalo!
Arturo Sánchez Luna
Sentimos conmiseración y miedo ante ellos. Muchas personas me han dicho que prefieren morir jóvenes a llegar a estar en un estado tan "deplorable".
Y que triste que pensemos así. Para empezar, sin ese viejecito frente a nosotros no hubiéramos nacido ni tendríamos la oportunidad de vivir nuestras vidas y tal vez transmitirla a nuevas generaciones. No nos damos cuenta del ser humano antes de la etiqueta de anciano. Este último término tiende a objetivizarlos, es decir; a volverlos un objeto.
Alejandro jodorowsky plantea un lindo ejercicio en el que los miremos, no como abuelos, sino como los seres humanos que realmente son. Es decir: imaginarlos de unos 40 años y pensar en como eran, que estaban viviendo y que aportaban a los demás. Me parece un ejercicio muy bueno pues veríamos que esa persona ha vivido muchas experiencias que hacen de él o de ella una persona con más sabiduría y cosas que aportar a nuestras vidas.
Y tal vez se pregunten que sucede con aquellos viejecitos que no están en pleno uso de sus facultades mentales. Y es sencillo. Tal vez ya no podamos escuchar consejos sabios de ellos pero llega un momento en el que debemos darles de nosotros mismos tal y como nosotros recibimos de ellos ni más ni menos que la vida misma y eso es lo más grande que alguien puede hacer por nosotros. ¡Qué gran regalo!
Así que si tienes la fortuna de contar con tu abuelo o abuela míralos y agradéceles porque hayan sido como hayan sido tuvieron éxito en la vida por el mero hecho de haberte pasado la vida. No los juzgues ni los critiques. Dales amor aunque ellos sean rígidos. Escuchalos aunque te cuenten la misma historia una y otra vez y es que, quien sabe, tal vez algún día llegues a esa edad y amarás que los demás te pongan atención, consideren tu opinión y te vean como un ser humano con más experiencia y sabiduría.
La vejez no es la antesala de la muerte. Es un lindo periodo en el que podemos dar de nosotros mismos, podemos ver a nuestros nietos con orgullo y deci: ¡vaya, después de todo tuve éxito en la vida! He pasado la vida a todas estas personas tal y como mis abuelos hicieron lo mismo conmigo. Hubo momentos en los que mi vida estuvo en riesgo y todo se pudo haber interrumpido y estas personitas jamás habrían nacido. Pero no fue así y aquí estamos todos. ¡Que gran regalo!
Arturo Sánchez Luna
sábado, 27 de julio de 2013
Nuestros Cursos
El flujo Natural del amor.
Curso relativo al amor como herramienta en la vida y los diferentes aspectos de esta tales como la pareja, el éxito, la familia y relaciones sociales. Aprende a desarrollar esta herramienta en tu vida mediante el trabajo, en primera instancia, contigo mismo (a).
Sanando las heridas de la infancia.
¿Cómo es que las heridas de la infancia actúan en nuestra vida presente? Si bien es cierto que no se debe vivir en el pasado también es cierto que debemos saber de donde venimos para conocer a donde vamos porque de lo contrario se lastima a los demás, se destruyen relaciones y sobre todo se hace daño inconscientemente a uno mismo.
Las dinámicas de las parejas.
Uno de los grandes males en la pareja (y en la humanidad) es la IGNORACIA, si supiéramos la dinámicas que en ella se dan y nuestra contribución positiva y negativa a sus resultados otra cosa sería… ¿no? Entonces, ¿vale la pena trabajar en ello?
Viviendo la prosperidad interna y externamente.
La prosperidad no sólo se mide en dinero. También se ve en la pareja, la familia, los hijos y en el nivel de felicidad que experimentamos. Este curso está enfocado precisamente en ayudarnos a comprender y trabajar con aquellos aspectos que podrían estar obstruyéndonos para alcanzar nuestra realización.
Psicología transgeneracional y nuestro papel en nuestro árbol genealógico.
Es un curso muy bonito en el que se trabaja con nuestras familias en distintas etapas generacionales para llevarnos a descubrir nuestro lugar en ese gran libro de cuentas familiar que se empezó a redactar desde tiempos inmemoriales. Resulta sorprendente el encontrarte con la forma en la que has estado participando y aportando tu granito de arena a la historia de tu familia.
Curso relativo al amor como herramienta en la vida y los diferentes aspectos de esta tales como la pareja, el éxito, la familia y relaciones sociales. Aprende a desarrollar esta herramienta en tu vida mediante el trabajo, en primera instancia, contigo mismo (a).
Sanando las heridas de la infancia.
¿Cómo es que las heridas de la infancia actúan en nuestra vida presente? Si bien es cierto que no se debe vivir en el pasado también es cierto que debemos saber de donde venimos para conocer a donde vamos porque de lo contrario se lastima a los demás, se destruyen relaciones y sobre todo se hace daño inconscientemente a uno mismo.
Las dinámicas de las parejas.
Uno de los grandes males en la pareja (y en la humanidad) es la IGNORACIA, si supiéramos la dinámicas que en ella se dan y nuestra contribución positiva y negativa a sus resultados otra cosa sería… ¿no? Entonces, ¿vale la pena trabajar en ello?
Viviendo la prosperidad interna y externamente.
La prosperidad no sólo se mide en dinero. También se ve en la pareja, la familia, los hijos y en el nivel de felicidad que experimentamos. Este curso está enfocado precisamente en ayudarnos a comprender y trabajar con aquellos aspectos que podrían estar obstruyéndonos para alcanzar nuestra realización.
Psicología transgeneracional y nuestro papel en nuestro árbol genealógico.
Es un curso muy bonito en el que se trabaja con nuestras familias en distintas etapas generacionales para llevarnos a descubrir nuestro lugar en ese gran libro de cuentas familiar que se empezó a redactar desde tiempos inmemoriales. Resulta sorprendente el encontrarte con la forma en la que has estado participando y aportando tu granito de arena a la historia de tu familia.
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