miércoles, 28 de agosto de 2013

El gran regalo de la vejez

En esta sociedad tendemos a mirar a la vejez como una especie de castigo. Miramos a los ancianos como seres desvalidos, quejumbrosos, tercos, repetitivos y tendemos a desvalorarlos. Nos asusta el vernos reflejados en ellos. Sobre todo cuando algún viejecito nos sentencia: "como te ves me ví. como me ves te verás."

Sentimos conmiseración y miedo ante ellos. Muchas personas me han dicho que prefieren morir jóvenes a llegar a estar en un estado tan "deplorable".

Y que triste que pensemos así. Para empezar, sin ese viejecito frente a nosotros no hubiéramos nacido ni tendríamos la oportunidad de vivir nuestras vidas y tal vez transmitirla a nuevas generaciones. No nos damos cuenta del ser humano antes de la etiqueta de anciano. Este último término tiende a objetivizarlos, es decir; a volverlos un objeto.

Alejandro jodorowsky plantea un lindo ejercicio en el que los miremos, no como abuelos, sino como los seres humanos que realmente son. Es decir: imaginarlos de unos 40 años y pensar en como eran, que estaban viviendo y que aportaban a los demás. Me parece un ejercicio muy bueno pues veríamos que esa persona ha vivido muchas experiencias que hacen de él o de ella una persona con más sabiduría y cosas que aportar a nuestras vidas.

Y tal vez se pregunten que sucede con aquellos viejecitos que no están en pleno uso de sus facultades mentales. Y es sencillo. Tal vez ya no podamos escuchar consejos sabios de ellos pero llega un momento en el que debemos darles de nosotros mismos tal y como nosotros recibimos de ellos ni más ni menos que la vida misma y eso es lo más grande que alguien puede hacer por nosotros. ¡Qué gran regalo!

Así que si tienes la fortuna de contar con tu abuelo o abuela míralos y agradéceles porque hayan sido como hayan sido tuvieron éxito en la vida por el mero hecho de haberte pasado la vida. No los juzgues ni los critiques. Dales amor aunque ellos sean rígidos. Escuchalos aunque te cuenten la misma historia una y otra vez y es que, quien sabe, tal vez algún día llegues a esa edad y amarás que los demás te pongan atención, consideren tu opinión y te vean como un ser humano con más experiencia y sabiduría.

La vejez no es la antesala de la muerte. Es un lindo periodo en el que podemos dar de nosotros mismos, podemos ver a nuestros nietos con orgullo y deci: ¡vaya, después de todo tuve éxito en la vida! He pasado la vida a todas estas personas tal y como mis abuelos hicieron lo mismo conmigo. Hubo momentos en los que mi vida estuvo en riesgo y todo se pudo haber interrumpido y estas personitas jamás habrían nacido. Pero no fue así y aquí estamos todos. ¡Que gran regalo!

Arturo Sánchez Luna

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